martes, 6 de septiembre de 2011

De tanto andar por la cornisa tal vez un día pueda caer.  de tanto confiarme de mi suerte y mis conquistas,  en la percha de un bar terminé después.  De no aceptar el oficio de santo,  y por reírme de tu tonta canción de amor,  de no transar ni con el cielo y el infierno,  tal vez confisquen mi corazón.  Y quién compartirá mi desconsuelo y mi destierro de civilización.  quizás muera odiándote y entendiéndote a la vez,  que de tanto que pude haber hecho por vos,  entregues mi alma, al mejor postor.  De tanto jugar a la cigarra,  tal vez me sorprende el invierno,  de tanto fiarme de tener alguien siempre a mano,  sin pan y sin torta, la fiesta termine tal vez.  Y uno recoge lo que siembra, dicen,  y es peligroso el barco sin timón,  pero quien ponga manos en este juicio,  nunca sabrá  que satisfecho el ganso murió.

No hay comentarios:

Publicar un comentario